26 de junio de 2008

P o r c e L a i n

...la felicidad no depende de lo que hagan los demás.

Siempre me ha infundido respeto el poder que sin saberlo poseen. Ese momento, en el que crees estar viendo la única razón irracional por la que harías desaparecer todo en cuanto crees, todo lo que te hace ser. La distancia empieza a desaparecer; caminando y acercándose cada vez más para ofrecerte no más de un instante fundido en un segundo. Alguien tan especial que no puedes evitar observarla fijamente, conviertiendo tu mundo en pausa para contemplar y si cabe entender, el concepto de belleza. Verla de verdad, ver cada curva, línea, mella, dibujo o esbozo; todo aquello que forma parte de la belleza que la hace única.

Después todo vuelve a la normalidad, el presente se arrastra transformando los minutos en horas y éstas en días. Y aunque sigues caminando, aún estás allí...porque en sus ojos podía verse el mundo.

...y el instante se fue apagando, al igual que el peso articulado de su boca. Cuando la puerta se cerró me sentí como la última persona en la tierra.

Nada tarda tanto como aquello que no se empieza. Alain Joule

No hay comentarios: