20 de junio de 2009

Unrealistic

Existen momentos en los que decidimos formar parte del mundo; respirar en un lugar extraño del cual desconocemos el idioma y donde muchos nos odian. Un instante en el que el deseo y el miedo comparten la misma curva en diferentes direcciones. Pero no es una elección, volvemos porque no podemos ir a casa. Demasiado lejos en el tiempo y en la distancia.

En el mismo ring, los golpes desfasan la belleza de hacernos caer, reir y llorar; y es cuando sucede, perdemos el valioso don de conocer la diferencia entre las cosas que son y las que deberían ser. Cada sueño se convierte en un símbolo de los caminos que no tomamos y la inercia del fracaso en una nueva lección que creíamos saber acerca del tiempo: no mejoramos, solo envejecemos.

El tiempo siempre nos gana, la cuestión es cuando.

"La paciencia tiene más poder que la fuerza"